Cuando pensamos en las empresas constructoras pueden venir a nuestra mente los pequeños despachos de arquitectos o ingenieros o, bien, las grandes empresas que ganan las soñadas licitaciones millonarias.
En ambos extremos podemos pensar que estas empresas (sin importar su tamaño) siempre procurarán o aspirarán a hacerse de los equipos y herramientas necesarios para la construcción. Suponemos que lo más rentable, a fin de abaratar costos, sería ser propietario de los equipos que se utilizan constanmente.
No obstante, esto no es del todo cierto y te lo explicamos en tres puntos básicos:
Problemas derivados del almacenaje.
Costos por mantenimiento.
Descapitalización.
Las obras de construcción requieren de capital para sortear imprevistos. Por ello, con frecuencia es mejor no arriesgar la obra manteniendo ese colchoncito. Comprar un equipo propio puede significar comprometer esas reservas. Lo cual es aún más grave e importante cuando se trata de constructoras pequeñas o muy jóvenes.
Asi, empresas grandes, medianas y pequeñas cada vez más optan por el arrendamiento de equipos que les permita satisfacer necesidades puntuales en periodos concretos.
Sin embargo, se cuidadoso del provedor de los equipos. Debe tratarse de un proveedor serio, con equipos de buena calidad y en buen estado. Solo así te garantizará servicio puntual y garantizado sin causar demoras a tu obra.
コメント